Hermana muerte. Thomas Wolfe
Uno de los textos más hermosos y enigmáticos de Thomas Wolf.
La muerte en Nueva Yok de cuatro personajes anónimos, y en momentos distintos, le sirve a nuestro autor para abordar uno de sus grandes temas: la desolación de las grandes ciudades contemporáneas.
La primera de esas muertes se produce en el simbólico mes de abril, durante el primer año de la vida del autor en Nueva York. «Hubo en ella algo especialmente cruel (…) clausurando toda esperanza y alegría en los corazones de los hombres que presenciaron el hecho, como transmitiéndoles al instante su juicio feroz e inexorable.» A partir de ahí, la prosa volcánica de Wolfe nos arrastra desde el asfalto y los rascacielos hasta las catacumbas del metro en un viaje casi alucinado por el reinado de la muerte entre los hombres, a los que no sólo castiga, sino que también abraza. No cabe duda de que, en medio de la desgracia, se nos ofrece también un poco de consuelo, como en esa imagen bellísima: las brumas del caliente hedor a aceite, gasolina y caucho gastado se mezclan con la fragancia cálida y terrenal de los árboles, el olor a hierba y flores de los parques.