Pedro Arriola, el brujo. Graciano Palomo

¿Quién guía la política del PP? ¿Quién lee las encuestas y lo ha llevado a La Moncloa con dos líderes aparentemente tan pocos carismáticos como Aznar y Rajoy?

Ese hombre es Pedro Arriola Ríos, un nombre indefectiblemente unido al Partido Popular, donde ha ejercido como principal gurú de esta formación política desde 1990 y que ha sido el principal «cliente» de este sociólogo sevillano escurridizo, controvertido y brillante desde hace más de veinticinco años.

El arriolismo se ha convertido en una tendencia en sí misma no solo dentro del centro derecha sino también como método de observación de la realidad social y política en España. Su poder, cercano a los dos presidentes populares que ha conseguido llevar a la victoria, está fuera de toda discusión y no son pocos los dirigentes que han conseguido puestos de relevancia en el gobierno quienes le deben sus carteras. Entre ellos, dos compañeros de profesión ―Pilar del Castillo y José Ignacio Wert― que han presidido el Ministerio de Educación.

Arriola, persona de izquierdas en sus años universitarios cuya tendencia ideológica ha permanecido invariable con leves matices, fue el principal «regalo» que el entonces presidente de CEOE José María Cuevas hizo a José María Aznar en 1986. A partir de ese momento, Arriola fundaría su propia empresa y dedicaría su vida profesional a desentrañar la evolución sociológica de España en beneficio de los presidentes del PP.

Esta es la historia jamás escrita en la que se descubren todos los claroscuros de un profesional clave en el pasado, el presente y probablemente también el futuro de la derecha española.